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viernes, 19 de febrero de 2021

LEYENDAS

ESTE FINDE TE PUEDES HARTAR 
DE LEER LEYENDAS ...

 

 


 

El narrador de historias. Leyenda infantil


Hace mucho tiempo había un rey que sufría de insomnio, cada vez que llegaba la hora de ir a la cama, pasaba horas en vela sin poder conciliar el sueño. El rey tenía a un muy buen amigo de él que era famoso por sus historias, ese hombre tenía un don especial, él podía contar cuentos, fábuloas y leyendas con una facilidad increíble. El narrador de historias era capaz de crear relatos impresionantes que no se le ocurrirían a nadie más.

Un día, el rey decidió invitar a su amigo al castillo para hacerle una propuesta. Ambos pasaron al comedor y mientras disfrutaban de una rica comida el rey dijo:

-Debo proponerle algo, amigo mío-viendo a los ojos al narrador-. Verás, he tenido muchos problemas para conciliar el sueño y quiero que tú me ayudes con eso.

-¿Pero cómo podría yo ayudar con eso?-preguntó el contador de historias.

-¡Es fácil!-exclamó el rey-. Necesito que me cuentes algunas de tus historias cuando me vaya a la cama, tendrás una buena paga.

-No podría rechazar la propuesta de un amigo mío-dijo el narrador-. Esta noche vendré a ayudarle.

Y así fue, el narrador de historias visitaba el palacio del rey todas las noches para sentarse al lado de su cama mientras le contaba las historias más ingeniosas, las más conmovedoras, las más emocionantes, las más extrañas. El rey solía caer dormido antes de finalizar la tercera historia. Pero poco a poco eso fue cambiando, al rey le estaba costando más quedarse dormido, pero el narrador seguía cumpliendo con su trabajo.

Una noche, el narrador se encontraba bastante cansado así que decidió contar sólo un par de historias breves al rey. Pero el rey, sabiendo que no podría dormir le pidió al narrador que le contara otra historia.

-Por favor-dijo el rey-.Cuéntame otra historia, una historia larga porque sé que no podré dormir pronto, no tengo sueño.

-Está bien-accedió el cansado cuentista-.

“Hace muchos años, en un poblado lejano, un campesino se encontraba caminando a las afueras de este pueblo y vio algo extraño en la hierba a la derecha del s

 

endero. El hombre intrigado se acercó a ver de qué se trataba y se encontró un cofre lleno de monedas, muchísimas monedas y comenzó a contarlas: diez, veinte, cincuenta, cien, doscientas, quinientas, ¡mil monedas! Era muchísimo dinero así que decidió ir a comprar unas ovejas para poder tener dinero siempre. Compró dos mil ovejas y cuando trató de regresar a sus tierras se dio cuenta de que no podía cruzar el río, estaba muy crecido. Consiguió una barca, pero sólo cabían dos ovejas…”.

El narrador se quedó dormido y el rey molesto por no conocer el final de la historia lo despertó.

-¡Cuéntame!-dijo en voz alta-. ¿Qué ocurrió con el campesino?

-Rey, ya se lo he dicho-respondió molesto el narrador de historias-. El campesino compró dos mil ovejas y sólo podía cruzar el río con una pareja a la vez. Ahora debemos esperar a que acabe de cruzar todas las ovejas.

El rey quedó intrigado con la extrañeza de la historia y se quedó pensando en cómo podría terminar hasta que se quedó dormido.

FIN

 


 

 

Leyenda Mexicana: El Nacimiento del sol y la Luna

Cuando la tierra estaba en la oscuridad; cuando era siempre de noche, los poderosos que vivían en el cielo se reunieron para crear el Sol y que hubiera luz en la Tierra. Ellos se reunieron en una ciudad llamada Teotihuacán que había en el cielo, y de la cual la ciudad de Teotihuacán que está en México era como una sombra o un reflejo.

En esa ciudad celeste de Teotihuacán encendieron una enorme hoguera. Aquel poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía arrojarse en esa hoguera y quemarse en ella. De ella saldría convertido en el Sol.

Había dos que querían hacerlo. Uno era grande, fuerte, hermoso y rico. Estaba vestido con ropas de lujo y adornado con piedras preciosas. Les ofrecía a sus compañeros oro y joyas, muestras de su orgullo.

El otro era pequeñito, débil, feo y pobre; su piel estaba cubierta de llagas. Estaba vestido con su ropa de trabajo. Como era pobre sólo podía ofrecer la sangre de su corazón, sus buenos y humildes sentimientos. Cuando llegó la hora de arrojarse a la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió corriendo.

Entonces el pequeñito, feo, que era muy valiente, se arrojó a la hoguera. En ella se quemó y salió de ella convertido en el Sol. Cuando el otro lo vio, sintió vergüenza y también se arrojó a la hoguera. En ella se quemó y en el cielo apareció otro Sol.

Los poderosos estuvieron de acuerdo en que no podían existir soles en el firmamento, así que decidieron apagar el segundo, el que había sido creado por el guerrero grande y fuerte. Tomaron un conejo por las patas y con mucha fuerza lo lanzaron contra el segundo Sol. Su brillo disminuyó de inmediato y quedó convertido en la Luna. Por eso hasta la fecha, en la Luna podemos ver la figura del conejo que acabó con su luz.

 

 

 


Las manchas del sapo. Leyenda infantil

Cuenta la leyenda que hubo una vez que todas las aves participaron de una gran fiesta en el cielo.

El sapo, quien había oído de aquella fiesta, comenzó a sentir curiosidad y pronto resolvió que  lo mejor sería asistir a aquella fiesta. Pero ¿Cómo lo haría?

 

Se le ocurrió que podría ponerse unas alas grandes para simular que él también podía ser un pájaro… Pero sus intentos fueron vanos: al intentar volar con aquellas “falsas alas”, su cuerpo cayó como piedra al suelo.

 

Entonces continuó pensando y pensando hasta que, finalmente, se le ocurrió una brillante idea: esconderse dentro de la guitarra que el pájaro cantor llevaría a la fiesta.

Así lo hizo… Se escondió dentro de la guitarra horas antes de que el pájaro partiera para el cielo.

Llegó la hora de la fiesta y pronto comenzaron a llegar los invitados.  Habían asistido aves de todas partes del mundo y, pronto, comenzó el gran baile.

 

Luego de unos pocos minutos de llegar, el sapo salió de la guitarra y comenzó a dialogar con todas las aves allí presentes… Éstas sorprendidas por saber cómo había logrado llegar sin alas hasta el cielo, lo aceptaron rápidamente y la fiesta se convirtió en un evento agradable para cada uno de los allí presentes.

 

Pero se acercaba la hora de la partida. Pronto las aves comenzaron a emigrar de la fiesta y el sapo debería volver dentro de la guitarra. Todos observaban aquel momento en que el sapo entraría dentro de la guitarra.

Una urraca, a quien no le agradaba que el sapo haya asistido a la fiesta, se percató de su plan y giró la guitarra hacia abajo. Cuando el pájaro cantor y su guitarra partieron del cielo de regreso a la tierra la guitarra (invertida) dejó caer al sapo que se encontraba dentro de esta.

 

El sapo cayó y cayó del cielo suplicando por su vida… Algunas aves quisieron ayudarlo pero fue en vano pues pronto cayó lastimado sobre las piedras al costado de un río…

Desde ese momento el sapo tiene en todo su cuerpo repleto de manchas como tatuajes para no olvidar nunca aquella caída desde el cielo.

 

 

 


Leyendas infantiles: El Príncipe

Cuenta la leyenda que había en un castillo un joven príncipe que era muy holgazán, solo quería jugar, sus padres los reyes intentaron de todo para convencerlo en hacerse cargo de sus responsabilidades pero este joven berrinchudo no hacía caso, una de las noches que se hartó de estar escuchando sermones, pidió y pidió ser mayor para así poder hacer lo que él quisiera.

A la mañana siguiente se levantó y despertó como un adulto, pero se encontró una bobina de oro, se acercó para inspeccionarla detenidamente y esta le hablo, le dijo que la cuidara bien porque a medida que pase el tiempo el hilo que representaba la vida de él se ira soltando.

El joven príncipe tuvo tanta curiosidad de cómo serían sus hijos y su esposa y como serian ellos al crecer y así poco a poco fue tirando del hilo hasta que se observó en el espejo y se vio viejo y rápidamente intento enrollar el hilo, pero el tiempo que le quedaba ya era casi exclusivo para su muerte; la bobina entonces se dispuso a hablarle nuevamente diciéndole que había gastado su vida queriendo ser grande y que el tiempo que haló no los podrá recuperar y deberá sufrir el castigo.

El ahora rey entro en pánico, grito de manera terrible y murió, habiendo gastado su vida en hacer nada.

 

 


 

Historia del arcoiris para niños


Cuentan que hace mucho tiempo los colores empezaron a pelearse. Cada uno proclamaba que él era el más importante, el más útil, el favorito.

El VERDE dijo: “Sin duda, yo soy el más importante. Soy el signo de la vida y la esperanza. Me han escogido para la hierba, los árboles, las hojas. Sin mí todos los animales morirían. Mirad alrededor y veréis que estoy en la mayoría de las cosas”.

El AZUL interrumpió: “Tú sólo piensas en la tierra, pero considera el cielo y el mar. El agua es la base de la Vida y son las nubes las que la absorben del mar azul. El cielo da espacio, y paz y serenidad. Sin mi paz no seríais más que aficionados.

El AMARILLO soltó una risita: “¡Vosotros sois tan serios! Yo traigo al mundo risas, alegría y calor. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que miráis a un girasol, el mundo entero comienza a sonreír. Sin mí no habría alegría”.

A continuación tomó la palabra el NARANJA: “Yo soy el color de la salud y de la fuerza. Puedo ser poco frecuente pero soy precioso para las necesidades internas de la vida humana. Yo transporto las vitaminas más importantes. Pensad en las zanahorias, las calabazas, las naranjas, los mangos y papayas. No estoy, todo el tiempo dando vueltas, pero cuando coloreo el cielo en el amanecer o en el crepúsculo mi belleza es tan impresionante que nadie piensa en vosotros”.

El ROJO no podía contenerse por más tiempo y saltó: “yo soy el color del valor y del peligro. Estoy dispuesto a luchar por una causa. Traigo fuego a la sangre. Sin mí la tierra estaría vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor; de la rosa roja, la flor de pascua y la amapola”.

El PÚRPURA enrojeció con toda su fuerza. Era muy alto y habló con gran pompa: “Soy el color de la realiza y del poder. Reyes, jefes de Estado, obispos, me han escogido siempre, porque el signo de la autoridad y de la sabiduría. La gente no me cuestiona; me escucha y me obedece”.

El AÑIL habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con igual determinación: “Pensad en mí. Soy el color del silencio. Raramente repararéis en mí, pero sin mí todos seríais superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Me necesitáis para el equilibrio y el contraste, la oración y la paz interior.

Así fue cómo los colores estuvieron presumiendo, cada uno convencido de que él era el mejor. Su querella se hizo más y más ruidosa. De repente, apareció un resplandor de luz blanca y brillante. Había relámpagos que retumbaban con estrépito. La lluvia empezó a caer a cántaros, implacablemente. Los colores comenzaron a acurrucarse con miedo, acercándose unos a otros buscando protección.

La lluvia habló: “Estáis locos, colores, luchando contra vosotros mismos, intentando cada uno dominar al resto. ¿No sabéis que Dios os ha hecho a todos? Cada uno para un objetivo especial, único, diferente. Él os amó a todos. Juntad vuestras manos y venid conmigo”.

Dios quiere extenderos a través del mundo en un gran arco de color, como recuerdo de que os ama a todos, de que podéis vivir juntos en paz, como promesa de que está con vosotros, como señal de esperanza para el mañana”. Y así fue como Dios usó la lluvia para lavar el mundo. Y puso el arco iris en el cielo para que, cuando lo veáis, os acordéis de que tenéis que teneros en cuenta unos a otros.

FIN

 

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