DIVIÉRTETE APRENDIENDO EN 4º HAVE FUN LEARNING AT 4TH

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miércoles, 20 de agosto de 2025

CÁLCULO

 

AQUÍ TIENES UNAS CUANTAS
 DE CUENTAS...




LA REBELIÓN DE LOS ÁRBOLES

 LA REBELIÓN DE LOS ÁRBOLES 


En el corazón de un bosque frondoso, donde

 los rayos del sol jugaban
entre las hojas, algo extraordinario ocurrió una mañana. Los árboles,
cansados de ser talados sin piedad, decidieron unirse y hablar con los
humanos. Liderados por un viejo roble llamado Sabino, los árboles
planearon una forma de hacerse escuchar.
—¡Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde! —dijo Sabino,
con una voz que resonaba como un trueno entre las ramas.
Los pájaros, los ciervos y hasta los insectos escucharon con asombro.
¿Cómo iban los árboles a comunicarse con los humanos? Sabino explicó
su plan: usarían sus hojas para formar palabras gigantes visibles desde
el cielo.
Durante días, los árboles trabajaron en equipo. Los abedules escribían
las letras con sus hojas plateadas, los pinos se encargaban de los
espacios, y los sauces llorones tejían adornos para llamar la atención.
Finalmente, una mañana, las palabras estaban listas: "CUIDEN EL
BOSQUE".
El mensaje apareció justo cuando un grupo de leñadores llegó al
bosque. Al ver las palabras, los hombres se detuvieron en seco. Uno de
ellos, llamado Martín, se quedó mirando con los ojos abiertos como
platos.
—¿Esto es obra de los árboles? —preguntó con asombro.
De repente, Sabino movió sus ramas y comenzó a hablar. Su voz era
firme pero bondadosa.
—Sí, somos nosotros. Durante siglos, les hemos dado sombra, oxígeno y
hogar para muchas criaturas. Pero ahora estamos en peligro. Si no nos
cuidan, todo lo que ven aquí desaparecerá.
Martín, quien siempre había amado el bosque, sintió un nudo en la
garganta. Decidió hablar con sus compañeros.
—No podemos seguir así. Este bosque es vida, y nosotros somos los que
podemos protegerlo.
Inspirados por las palabras de los árboles, los leñadores prometieron
cambiar. Plantaron nuevos árboles, limpiaron el río cercano y
construyeron carteles para educar a otros sobre la importancia de la
conservación.
Desde entonces, el bosque no solo floreció, sino que se convirtió en un
ejemplo para el mundo.
Y aunque los árboles nunca volvieron a hablar, su mensaje quedó
grabado en los corazones de quienes lo escucharon.
 

 

PIENSA Y CONTESTA

1. ¿Qué escribieron los árboles con sus hojas?


2. ¿Cómo reaccionaron los leñadores al ver el mensaje?

3. ¿Quién lideró a los árboles en su plan?


4. ¿Qué hicieron los humanos después de escuchar a Sabino?


5. ¿Qué mensaje importante querían transmitir los árboles?

6. ¿Qué crees que sentirían los árboles si los humanos dejaran de
talarlos? ¿Por qué?

7. ¿Qué puedes hacer tú en casa para cuidar el medio ambiente
como lo hicieron los leñadores?

8. ¿Cómo afectaría a los animales del bosque si desaparecieran los
árboles?
9. Diseña un cartel que diga “Cuidemos el bosque” con dibujos de
árboles y animales.


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CANTAR Y BAILAR SIN PARAR

 

 



SI QUIERES 
 CANTAR  Y BAILAR 
SIN PARAR,
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EL PERRO QUE TENÍA PODERES

 

EL PERRO QUE TENÍA PODERES.
El perro que tenía poderesHabía una vez un perro callejero al que nadie quería. El pobre perro vagaba de acá para allá, buscando comida y un refugio para dormir o protegerse del frío y la lluvia.

Se llamaba Cho. Eso ponía en su collar. Y no era un perro abandonado, sino un pobre animal que había huido porque sus dueño lo trataban muy mal.

Un día, mientras dormía bajo unos cartones, el perro callejero vio a una niña que salía corriendo sola hacia la carretera. Quiso salir corriendo para detenerla, pero no había tiempo. Sabía que era peligroso, pero lo intentó, y mirando fijamente a la niña, lanzó un rayo cegador que atrapó a la pequeña y la sujetó en el aire mientras el coche pasaba y frenaba 20 metros más adelante.

Nadie pudo creer lo que había pasado. De repente, todas las miradas se clavaron en el perro.

- ¡Cogedlo! -gritó alguien.
- ¡No, otra vez no! -pensó Cho, que tuvo que salir corriendo para que no le pillaran.

Cho consiguió esconderse. Pero cuando estaba a salvo, el perro escuchó a la niña llorar. Con las prisas de coger al perro, la habían dejado sola y estaba asustada.
Cho, sigilosamente, se acercó a la niña y se acurrucó junto a ella.

- No te preocupes, yo cuidaré de ti -le dijo Cho a la pequeña.
- Además de hacer magia, ¿también hablas? -dijo la niña.
- Sí, soy un perro mágico, y me llamo Cho, pero no se lo digas a nadie.
- Claro. Será nuestro secreto. - dijo la pequeña sonriendo.

Cho acompañó a la niña hasta su casa y por el camino le explicó que vivía en la calle porque sus anteriores dueños solo lo querían por sus poderes y le habían obligado a hacer cosas malas.

El perro que tenía poderes - Puedes quedarte conmigo Cho. Yo te cuidaré bien, y no te dejaré que nadie te haga daño -dijo la niña.

En ese momento los papás de la niña, que lo habían oído todo,la oyeron llegar y abrieron la puerta.

- Estamos en deuda contigo, amigo Cho -dijo el papá-. No solo has salvado a nuestra hija, sino que también has cuidado de ella.
- Puedes quedarte con nosotros. No te pasará nada -dijo la mamá-. Eres bueno, y eso vale más que toda la magia del mundo.

Y así fue como Cho encontró una nueva familia que le apreciaba y lo valoraba por lo que era, y no por lo que podía hacer con su magia.
 

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miércoles, 13 de agosto de 2025

EL FARO SIN LUZ

 EL FARO SIN LUZ


En lo alto de un acantilado, el faro de Punta Oscura había

 guiado a los
barcos durante más de cien años. Con su luz brillante, evitaba

 que los

barcos encallaran en las rocas. Pero una noche, de repente, la luz se
apagó. El pueblo quedó en silencio, excepto por el eco de las olas
golpeando las piedras.
Los habitantes del pueblo estaban preocupados. El faro siempre había
sido el corazón del lugar. Sin su luz, los barcos no podrían llegar al puerto,
y eso traería problemas al pueblo.
El encargado del faro,Don Gaspar, había desaparecido misteriosamente
esa misma noche, dejando solo su vieja chaqueta colgada en el
perchero.
Mateo, un niño curioso de diez años, decidió investigar. Junto a su amiga
Clara, caminó hasta el faro al atardecer. Mientras subían los escalones
crujientes, un viento helado los hacía temblar.
La puerta del faro estaba entreabierta y, al entrar, notaron que todo
estaba cubierto de polvo, como si nadie hubiera limpiado en años.
En la sala principal, encontraron un viejo diario sobre una mesa. Era de
Don Gaspar. Clara lo abrió y leyó en voz alta: “El faro no es solo un guía
para los barcos. Guarda algo más, algo que nunca debe ser
descubierto.”
De pronto, escucharon un ruido extraño. Un pájaro negro voló desde una
ventana rota, y los niños gritaron sorprendidos. Decidieron seguir
explorando.
En el sótano del faro encontraron una trampilla oculta bajo una
alfombra. Al levantarla, descubrieron unas escaleras que bajaban a un
lugar oscuro y frío.
Con una linterna que llevaba Mateo, descendieron cuidadosamente. Allí
encontraron una habitación llena de mapas antiguos, herramientas
extrañas y un cristal brillante  que emitía una tenue luz azul.
Clara tocó el cristal, y de inmediato se iluminó la sala. En una pared,
apareció una inscripción: “El poder de la luz no solo guía a los barcos,
sino también a los corazones valientes.”
Mateo y Clara comprendieron que el cristal era el secreto del faro.Lo
llevaron de vuelta a la sala principal y lo colocaron en el lugar donde
debería estar la lámpara del faro. Al instante, una luz poderosa iluminó el
acantilado. Los barcos volvieron a navegar seguros, y el pueblo se llenó
de alegría.
Don Gaspar nunca regresó, pero los niños sabían que habían
descubierto el secreto que él había protegido toda su vida. Desde
entonces, Mateo y Clara cuidaron el faro, asegurándose de que la luz
nunca volviera a apagarse.

PIENSA Y CONTESTA

 
1. ¿Dónde estaba ubicado el faro de Punta Oscura?

2. ¿Qué encontraron Mateo y Clara en la sala principal del faro?

3. ¿Qué decía la inscripción en la pared de la habitación subterránea?

4. ¿Qué pasó cuando colocaron el cristal en la lámpara del faro?

5. ¿Quiénes decidieron cuidar el faro al final de la historia?

6. ¿Por qué crees que Don Gaspar ocultó el cristal en el sótano?

7. ¿Qué relación crees que tenía el cristal con la luz del faro?

8.  ¿Por qué los barcos dependían tanto 8. de la luz del faro?

9. Escribe un final alternativo para la historia. ¿Qué habría pasado si
Mateo y Clara no hubieran encontrado el cristal?
que Mateo y Clara exploraron.

10.  Dibuja un mapa del pueblo y del faro, marcando los lugares clave
que Mateo y Clara exploraron.


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CÁLCULO

AQUÍ TIENES UNAS CUANTAS
 DE CUENTAS...

 




TIÑA, LA NIÑA GATUNA

 

TINA, LA NIÑA GATUNA

La niña gatunaTina era una niña que vivía en una vieja casa de una aldea donde había muchos gatos. Le encantaba jugar con ellos y siempre estaba rodeada de gatos de todos los colores y tamaños.

En su casa vivían más de cien gatitos. Si Tina salía de casa, todos los gatos la acompañaban y los habitantes de la aldea, a quienes no les gustaban los gatos, se reían de ella.
- ¡Mirad! ¡Ahí va la niña gato! ¡Miau! ¡Miau! ¡Vete con tus gatos feos y malos a otro lugar! – le gritaban burlándose

Pero a Tina le daba igual. Ella era muy feliz con sus gatos y, además, escondía un gran secreto: ¡era la única persona en el mundo que podía hablar con los gatos! Nadie más podía hacerlo.

Un día que hacía mucho Sol, Tina salió con todos sus gatitos al jardín de su vieja casa. Todos saltaban de un lado a otro y Tina se lo pasaba genial. Cuando ya estaban cansados, se sentaron a descansar y a contar historias divertidas.

Uno de los habitantes de la aldea pasó por delante del jardín y vio que Tina estaba hablando con los gatos.
- ¡Jajajaja! ¡Tina, estás loca! ¡Los gatos no te entienden! ¡ Hablas con ellos como si fueran personas! – le gritó mientras corría a contárselo a todo el mundo.

Pero a Tina le daba igual. Ella sabía su secreto y no le importaba que los demás se rieran de ella.

Todos en la aldea se enteraron de las locuras de Tina y cada vez se burlaban más de ella. Cada vez que pasaban por su lado le gritaban ¡Miauuuu! ¡Miauuuuu!

Los gatitos de Tina entraban y salían de casa libremente. Cuando les apetecía iban a dar un paseo por la aldea a curiosear y buscar cosas con las que jugar. Aunque a los habitantes no les gustaba verlos por ahí porque pensaban que eran muy malos.

Así fue cómo se enteraron de lo que había ocurrido en la aldea.
- ¿Sabes que ha desaparecido otro perrito? ¿Otro? ¿Cuántos van ya? - preguntó un vecino muy preocupado
- Creo que más de veinte - contestó otro
- ¡Uff madre mía! ¡Tenemos que encontrarlos! - propuso un tercer vecino

Un día, mientras perseguían a unos ratoncitos por el bosque, llegaron a una cabaña muy extraña y tuvieron mucha curiosidad por saber qué había dentro.

Cuando se asomaron por la ventana, ¡se llevaron un grandísimo susto!
Allí había una bruja malvada que tenía secuestrados a un montón de perritos de la aldea. Quería convertirlos en bichos maléficos.

Los gatitos fueron corriendo a casa de Tina a contarle lo que había pasado y ella fue rápidamente a la aldea a contarle a todos los habitantes lo que estaba haciendo la bruja malvada.

- Habitantes de este pueblo, mis gatitos me han contado dónde están vuestros perritos. Tenemos que pensar un plan porque si no la bruja los convertirá en bichos malvados – le explicó a todos

Los habitantes de la aldea comenzaron a reírse y burlarse de ella:
- ¡Estás loca! ¡Tus feos gatos no pueden haberte contado nada porque los gatos no hablan! Y, además, ¡las brujas no existen!

La niña gatunaPero Tina no se rindió y reunió a todos los gatitos de la aldea. Todos fueron a la cabaña de la bruja para salvar a los perritos y aprovecharon que la bruja dormía para sacar uno a uno a los perritos sin que se diese cuenta.

De repente, la bruja se despertó y se enfadó mucho, pero entre todos la encerraron en su cabaña para que no pudiera salir nunca más y se fueron corriendo.

Cuando llegaron a la aldea, todos los habitantes vieron que lo que Tina decía era verdad y se alegraron mucho de ver a sus perritos.

- Tina, te pido disculpas en nombre de todos. No tendríamos que haberte dicho todas esas cosas. Has sido muy buena arriesgándote para rescatar a nuestros animales. Te lo agradecemos mucho - dijo uno de los hombres de la aldea.
- No pasa nada. Ahora ya sabéis que los gatos si hablan.

Todos se echaron a reír y desde entonces supieron que Tina era una niña mitad humana mitad gato que podía hablar con los felinos . 
 

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jueves, 7 de agosto de 2025

CÁLCULO

 RECONOZCO QUE A MÍ 

ME GUSTA

 MUCHO MÁS 

LEER Y ESCRIBIR 

QUE HACER CUENTAS.

PERO TAMBIÉN RECONOZCO 

QUE EL CÁLCULO 

ES MUY IMPORTANTE.

ASÍ QUE...

¡¡¡A HACER CUENTAS 

SE HA DICHO!!!





miércoles, 6 de agosto de 2025

JUEGOS DE TABLAS DE MULTIPLICAR


SI TE GUSTAN LAS TABLAS DE MULTIPLICAR...

¡¡¡NO TE PIERDAS ESTOS JUEGOS PARA RECORDAR LAS TABLAS DE MULTIPLICAR!!!

 Juego Tablas de multiplicar

EL VIDEOJUEGO DE LA VIDA REAL

EL VIDEOJUEGO DE LA VIDA REAL



Sam no podía creer lo que estaba viendo. En la pantalla de su tablet, una
nueva aplicación brillaba con letras doradas: “Misión: Salvar el Planeta”.
Su mejor amigo, Nico, le había contado que este videojuego era
diferente. No se trataba de apretar botones o mover muñecos virtuales,
¡aquí las misiones se completaban en la vida real!
Cuando Sam abrió la app, una voz robótica le dio la bienvenida:
“Bienvenido, héroe. Tu misión es sencilla: el planeta Tierra está en
peligro, y solo tú puedes salvarlo. Cada actividad diaria será una misión
épica. ¿Listo para comenzar?”
Sam pulsó el botón que decía “Primera misión”. En la pantalla apareció
una imagen de la cocina de su casa y un mensaje: “Reúne a tus tropas y
acaba con los monstruos de desperdicio alimentario. Tiempo: 10
minutos.”
“¡Qué raro!”, pensó Sam, pero decidió intentarlo. Se dirigió a la cocina y
vio algo sorprendente: los restos de comida y envoltorios en el cubo de
basura parecían pequeños monstruos animados. Cada uno tenía un
letrero que decía lo que necesitaba.
Uno ponía: “¡Recíclame!”, otro: “¡Guarda las sobras para mañana!” y otro
más: “¡Composta aquí!”. Sam se puso manos a la obra, separando los
restos, guardando lo que podía usarse y limpiando la mesa. Cuando
terminó, su tablet emitió un sonido triunfal.
“¡Misión completada! Has ganado 500 puntos verdes y un nuevo equipo:
‘El Delantal del Héroe’”.
En los días siguientes, Sam descubrió que cada rincón de su vida estaba
lleno de misiones. Limpiar su habitación era ahora una tarea para
encontrar “tesoros perdidos”. Apagar las luces y ahorrar energía se
convertía en una lucha contra un villano llamado “El Derrochador”.
Incluso pasear a su perro era una aventura para recolectar “flores
mágicas” que daban oxígeno al mundo.

Pero lo más emocionante llegó una tarde, cuando recibió un mensaje
urgente de la app:
“Alerta máxima: ¡el río del vecindario está en peligro! Necesitamos un
equipo de héroes.”
Sam corrió a buscar a Nico y a sus amigos. Juntos recogieron basura del
río y plantaron árboles en la orilla. Cada vez que terminaban una tarea,
sus tablets brillaban y decían: “¡Equipo legendario desbloqueado!”
Con el tiempo, Sam se dio cuenta de que el videojuego no era solo un
juego. Estaba aprendiendo a cuidar el planeta, pero también a ser
responsable, a trabajar en equipo y a encontrar diversión en las cosas
más simples.
Al final de cada día, cuando se iba a dormir, Sam miraba las estrellas
desde su ventana y pensaba: “Quizás no soy un héroe de capa y
espada, pero estoy ayudando a salvar el mundo, misión a misión.”


PIENSA Y CONTESTA


1. ¿Qué mostraba la primera misión que recibió Sam?

2. ¿Qué hizo Sam en la cocina para completar su primera misión?


3. ¿Cómo se llamaba el villano que desperdiciaba energía?

4. ¿Qué misión reunió a Sam y sus amigos en equipo?

5. ¿Qué aprendió Sam al jugar este videojuego?

6. ¿Qué opinas sobre la idea de convertir tareas cotidianas en un
videojuego? ¿Te gustaría algo similar en tu vida?

7.  ¿Crees que las acciones pequeñas, como separar la basura,
pueden marcar una diferencia en el planeta? ¿Por qué?

8. ¿Qué podría pasar si nadie se encargara de completar estas
misiones en la vida real?

9. Crea tu propia misión: Diseña una actividad diaria que ayude a
cuidar el planeta. Escribe las instrucciones y dibuja los “monstruos”
o villanos que aparecerían.

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LA TORTUGA CHARLATANA


LA TORTUGA CHARLATANA

232 La Tortuga Charlatana
 

Cuento La tortuga charlatana: adaptación del cuento popular de la India.

Hace muchos años gobernó en la India un rey bueno, justo y generoso al que todo el mundo amaba y respetaba.

Tan querido era que sus súbditos le consideraban el regente ideal, excepto en una cosa que ahora mismo vas a conocer.

Resulta que el rey, a sus cincuenta y siete años, tenía un defectillo bastante molesto: ¡no se callaba ni debajo del agua! Ya fuera de día o de noche siempre tenía algo que decir y enlazaba unos temas con otros con una facilidad pasmosa. Ese parloteo incesante sacaba de quicio a todos los que le rodeaban, pero como era el hombre más poderoso del reino nadie se atrevía a decirle a la cara que cerrara la boca al menos durante un ratito.

Su consejero, un anciano  inteligente y fiel que le ayudaba en los asuntos importantes, estaba bastante preocupado por la situación. Se daba cuenta de que el rey hablaba tanto que, además de resultar agotador, a menudo se iba de la lengua y decía cosas de las que luego se arrepentía. Era cuestión de tiempo que acabara metiéndose en problemas.

– ‘¡Esto no puede seguir así! Tengo que hacerle ver la realidad, intentar que cambie de actitud sin faltarle al respeto ni herir sus sentimientos. Lo pensaré bien a ver qué se me ocurre.’

Esa misma noche lo consultó con la almohada.

– Creo que lo más conveniente será aconsejarle a través de un pequeño cuento… Sí, eso es, un cuento con moraleja. En cuanto me quede a solas con él, llevaré a cabo mi idea.

Por fortuna, al día siguiente a media mañana  encontró la ocasión perfecta cuando el monarca le mandó llamar para ir a dar un paseo.

– La reunión de sabios no comienza hasta las doce, así que tenemos tiempo de sobra  para salir a caminar un rato y gozar de la brisa primaveral. ¿Te apetece, amigo mío?… ¡Nos sentará muy bien a los dos!

– ¡Por supuesto, Majestad! Será un honor ir con usted.

El consejero y el rey salieron de sus aposentos y recorrieron el largo pasillo hasta la puerta principal; después, bajaron la escalinata exterior del palacio sintiendo en sus ojos la cegadora luz del sol.

– Hace un día precioso y los jardines reales lucen esplendorosos,  ¿verdad, Majestad?

El rey se aproximó al estanque y se paró junto a él, embelesado ante tanta hermosura.

– ¡Oh sí, somos realmente  afortunados! Para mí no hay mayor placer que  contemplar las flores de loto meciéndose en el agua mientras disfruto del embriagador  aroma a jazmín que perfuma el aire… ¿Opinas tú lo mismo, querido amigo?

– Desde luego tiene usted toda la razón, mi señor. ¡Este lugar es un paraíso en la Tierra!

El rey sonrío satisfecho y le dio unas palmaditas cariñosas en el hombro.

– ¡Ay, viejo amigo, espero que nos queden muchos años para compartir más momentos como este!

Aprovechando que el rey estaba contento y receptivo, el consejero puso en marcha su pequeño plan.

– Cambiando de tema… Majestad, ayer me contaron una pequeña historia que me gustaría compartir con usted.

– ¿Ah sí?… ¿Te refieres a un cuento?

– Sí, es una simple fabulilla, pero creo que podría gustarle.

– ¡Oh, muy bien! ¿A qué estás esperando para empezar?… ¡Soy todo oídos!

Sin perder más tiempo, el consejero comenzó su relato:

Érase una vez una tortuga que vivía en un lago muy bonito pero demasiado pequeño. Mientras fue chiquitita el tamaño no tuvo demasiada importancia, pero cuando se hizo mayor la falta de espacio empezó a resultarle tremendamente agobiante porque salvo nadar  o hablar con sus tres vecinos peces, ahí nunca había nada interesante que hacer. Con el tiempo el aburrimiento hizo mella en su carácter y se convirtió en una tortuga atormentada que se pasaba las horas bostezando y quejándose sin parar.

– ¡Qué harta estoy de este lago!… Ojalá algún día pueda escaparme y recorrer otros lugares, conocer más especies, practicar algún deporte sobre tierra… ¡Yo no he nacido para pasarme la vida dentro de este charco deprimente!

Tras varios meses en la misma situación, su suerte cambió gracias a la visita sorprendente e inesperada de dos patos que, a diferencia de ella, estaban más que acostumbrados a viajar por todas partes. Los forasteros, uno de plumas azuladas y otro de plumas amarillas, llegaron volando a gran velocidad y se posaron en la orilla sin dejar de mirarla. El de plumas azuladas la saludó alegremente.

– ¡Hola, amiga! Si no te importa queremos beber un poco de agua de este precioso lago.

La tortuga exhibió su mejor sonrisa. ¡Hacía siglos que no veía una cara nueva y cualquier visita era bien recibida!

– ¡Hola, bienvenidos a mi hogar! Podéis beber todo lo que queráis, amigos.

– ¡Gracias, eres muy amable tortuguita!

– ¡De nada, chicos! No os imagináis cuánto me alegra poder charlar con alguien. ¡Este lugar es tan solitario que me temo que acabaré loca de remate!

El pato que lucía plumas amarillas miró a su alrededor y pensó que tenía razón: el lago parecía una charca de lo enano que era y estaba envuelto en un silencio sobrecogedor.

– Hay que reconocer que con la de sitios chulos que hay en este planeta, pasarte la vida aquí metida es bastante lamentable.

Las palabras del pato fueron directas al corazoncito de la tortuga y la pobre no pudo aguantar las ganas de llorar.

– ¡Buaaa! ¡Buaaa!

Los patos se miraron sorprendidos por su reacción y enseguida percibieron que estaba profundamente abatida. El de plumas amarillas se sintió muy mal y se disculpó:

– ¡Oh, perdona, soy un bocazas, no era mi intención disgustarte!

El de plumas azuladas también se apresuró en consolarla.

– ¡Eh, tranquila amiga, quizá haya una solución!… Oye, ¿por qué no te vienes con nosotros? Detrás de aquellas montañas que ves a lo lejos, las que tienen la cima nevada, hay una laguna cien veces más grande que esta. En ella viven decenas de animales y por lo general todos se llevan muy bien.

La tortuga dejó de llorar de golpe, como si alguien hubiera pulsado un botón de apagado como el que tienen los muñecos.

– ¿Eso que dices es cierto?… ¡Espero que no te estés riendo de mí!

– ¡Es la verdad! La laguna es espectacular,  aunque…

– ¿Aunque qué?

– Bueno, para ser sincero he de decirte que también es un poco ruidosa. A diario se organizan allí juegos, carreras,  bailes… Siempre hay mucho jolgorio, pero precisamente por eso es tan divertida.

La tortuga empezó a girar y a aplaudir haciendo chocar las patas.

– ¡Diversión es justo lo que yo necesito!… ¡Oh, vivir en esa gran laguna sería para mí un sueño hecho realidad!… ¡Por favor, quiero ir como sea!

El pato de plumas amarillas la vio tan ilusionada que estuvo de acuerdo con la propuesta de su compañero.

– ¡Pues no se hable más! El camino es largo, pero a nuestro lado no correrás ningún peligro. ¡Venga, síguenos que nos vamos!

Al escuchar esto la tortuga más paralizada que si le hubieran echado un cubo de agua helada sobre la cabeza.

– ¿Se…seguiros? Pero si no tengo alas…  ¡Yo no puedo volar!

Las lágrimas asaltaron de nuevo su regordeta mejilla.

– ¡Buaaa! ¡Soy una tortuga y estoy condenada a quedarme en esta horrible poza  hasta el fin de mis días!… ¡Buaaa!

El pato de plumas amarillas, en vez de echarse las manos a la cabeza, le guiñó un ojo con picardía y le dijo entre risas:

– ¡Bueno, mujer,  no te pongas tan dramática que para eso estamos nosotros! Si te hemos dicho que te sacaremos de aquí, cumpliremos nuestra palabra, ¿de acuerdo?

A continuación miró a su alrededor y tirado en el suelo vio un palo largo que debía tener más o menos un metro de longitud. Lo cogió con las patas y le dijo a la desconcertada tortuga:

– ¿Ves este palo? Solo tienes que morderlo bien fuerte por el centro mientras nosotros lo sujetamos por los extremos. De esta manera  podremos llevarte cómodamente por el aire.

La tortuga abrió los ojos como platos y en un santiamén recuperó la esperanza.

– ¡Oh, es genial, es genial!

El ave no quería fastidiar el momento de suprema felicidad de la tortuga, pero no tuvo más remedio fruncir el ceño para dejar bien clara una condición:

– Eso sí, hay algo muy importante que debes cumplir a rajatabla: una vez nos elevemos no puedes abrir la boca porque caerás al vacío y será tu fin.

– ¡Oh, claro, lo entiendo!… ¡No lo haré, no os preocupéis! ¡Muchas gracias, amigos!

¡La tortuga no cabía en sí de gozo! Al fin se le presentaba la oportunidad de viajar, de acabar con su antigua vida y aspirar a otra más emocionante.

– ¡Es increíble que esto me esté pasando a mí!… ¡Todavía no me lo puedo creer!

El pato de plumas azuladas empezó a ponerse nervioso.

– ¡Es la hora! No perdamos tiempo o nos pillará la noche en pleno trayecto. Amiga, muerde el palo por la parte central y recuerda: ¡no lo sueltes bajo ninguna circunstancia!

– Tranquilos, no sufráis por mí… ¡Me sujetaré bien y no diré ni mu!

Dicho esto miró hacia el lugar que había sido su hogar y dijo con desprecio:

– ¡Hasta nunca lago odioso y soporífero!

Los patos acercaron el palo al agua y ella lo prensó fuertemente con las mandíbulas. Cuando estuvo lista, cada ave sujetó un extremo y despegaron. Los dos viajeros tenían muchas horas de vuelo a sus espaldas, así que se elevaron con facilidad y empezaron a surcar el cielo batiendo las alas a la par y demostrando una gran coordinación. Mientras, la tortuga cumplía órdenes y se dejaba llevar con el cuerpo colgando y tan quieta que no se atrevía ni a pestañear.

Todo discurría según lo previsto hasta que, a mitad de camino, un campesino que recogía la cosecha divisó un extraño trío volando por encima de su cabeza. Cuando se percató de quienes eran se quedó tan sorprendido que no pudo evitar soltar una risotada y exclamar a voz en grito:

– ¡Ja ja ja! ¡¿Pero qué ven mis ojos?!… ¡Dos patos transportando una tortuga colgada de un palo!… ¡Jamás había visto una escena tan ridícula! ¡Ja ja ja!

La tortuga, que tenía un oído finísimo, escuchó las palabras del hombre y se sintió extremadamente ofendida. Sin pararse a pensar en las consecuencias, abrió la boca para contestar:

– ¡¿Y a ti qué te importa, pedazo de ignorante?!

Lo que pasó, Majestad, se lo puede imaginar: al soltar el palo la tortuga cayó al vacío como un saco de patatas y se dio un golpe que a punto estuvo de destrozarla.

Al rey le entró mucha angustia.

– ¡Oh, qué pena!… Este cuento es muy triste.

– Estoy de acuerdo en que lo es, Majestad.

– ¿Se sabe cómo acabó la tortuga?… ¿Logró salvarse?

El viejo consejero  suspiró con cierta tristeza.

– Sí, sí se salvó, señor. Tuvo suerte de caer en un pantano, por lo que a pesar de que se hizo muchísimo daño consiguió sobrevivir.

– ¡Pobrecilla, menos mal!

– Ya… La pena es que los patos, enfadados porque no había respetado la norma de no abrir la boca, siguieron su camino.

– ¡¿Qué me dice?!… ¿No volvieron a por ella?

– No, Majestad, jamás regresaron. La tortuga se recuperó de las heridas, pero tuvo que conformarse con vivir en un lugar peor que su antiguo lago el resto de su vida. ¡No se imagina lo duro que fue para ella tener que renunciar a sus sueños!

El rey se quedó pensativo.

– Y todo por irse de la lengua y hablar cuando no debía…

– Así es, mi señor. Este relato nos muestra lo importante que es saber medir las palabras y callar cuando corresponde. Quien habla de más suele acabar mal.

Ya era casi mediodía y el sol se había vuelto de color amarillo intenso. El rey dejó atrás el estanque y continuó paseando en silencio, sumido en sus pensamientos, tratando de asimilar la enseñanza de la pequeña historia que acababa de escuchar.

Te preguntarás si la táctica del consejero sirvió, si tuvo algún efecto sobre el monarca. La respuesta es sí: a partir de ese día se esforzó por hablar menos y escuchar con mayor atención a los demás. Gracias a ese cambio, se ganó la admiración de su pueblo hasta el fin de su reinado.


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viernes, 1 de agosto de 2025

VACACIONES DE VERANO 🏖️

 HOLA A TOD@S.

¿CÓMO VAN LAS VACACIONES?

HOY EMPIEZA AGOSTO...


MIS VACACIONES 

VAN BASTANTE BIEN.

HEMOS ESTADO 

DE VIAJE EN CERDEÑA 

UNA ISLA DE ITALIA 

DONDE LAS PLAYAS 

SON DE MARAVILLOSAS 

AGUAS AZULES 

Y CRISTALINAS...







HAN SIDO UN

BONITO VIAJE 

JUNTO A 

MI MARIDITO 😍


Y HEMOS COMIDO
RICO RICO 😋 


A SEGUIR DISFRUTANDO 

DE LAS VACACIONES 💋

OS QUIERO ❤️ 

miércoles, 30 de julio de 2025

GUARDIANES DE LA NATURALEZA



GUARDIANES DE LA NATURALEZA
En lo profundo del bosque de Árgana, donde los árboles se alzaban como
catedrales y los ríos cantaban melodías antiguas, cuatro amigos se reunían
cada tarde para explorar. Aina, Joel, Nuria y David compartían un vínculo
especial con la naturaleza. A pesar de sus diferencias, el bosque los unía.
Aina era intrépida y siempre buscaba retos, Joel amaba la tranquilidad y
podía pasar horas observando cómo las hormigas trabajaban, Nuria era la
pacificadora del grupo, y David, siempre curioso, encontraba preguntas en
cada hoja caída.
Una tarde, mientras seguían un sendero que ninguno recordaba haber visto
antes, encontraron una cueva escondida tras una cascada. El sol reflejaba
destellos dorados en el agua, invitándolos a entrar.
—Esto no estaba aquí la última vez, ¿verdad? —preguntó Joel, rascándose la
cabeza.
—No lo sé, pero parece increíble —dijo Aina, adelantándose con una linterna.
Dentro, la cueva brillaba con una luz que no parecía natural. En el centro, un
cristal gigante se alzaba, dividido en cuatro fragmentos que vibraban con
colores distintos: rojo, azul, verde y blanco. Como si algo los guiara, cada uno
tocó un fragmento. En cuanto lo hicieron, una energía cálida y electrizante
recorrió sus cuerpos.
El bosque a su alrededor pareció despertar. Las hojas susurraban, el río rugía
con más fuerza, y una brisa fresca agitó las ramas. Entonces, algo
extraordinario ocurrió.
Aina sintió un calor intenso en sus manos, y pequeñas llamas danzaron entre
sus dedos. Joel miró al suelo y vio cómo la tierra se movía como si respondiera
a su llamada. Nuria extendió los brazos, y el agua de la cascada comenzó a
fluir hacia ella, como un viejo amigo reencontrado. David, con solo un gesto,
hizo que el viento formara remolinos juguetones a su alrededor.
—¿Esto es real? —preguntó Nuria, con la voz temblorosa mientras gotas de
agua flotaban en el aire.
—Más que real —dijo Aina, observando fascinada el fuego que no quemaba su
piel.
Un rugido metálico rompió el momento mágico. Al seguir el ruido, los amigos
descubrieron una excavadora gigantesca arrasando árboles milenarios,
mientras hombres con cascos amarillos señalaban zonas para despejar.
—¡Están destruyendo todo! —gritó David, con los ojos llenos de rabia.
—Tenemos que hacer algo, ¡ahora! —dijo Aina, mirando a sus amigos.
Guiados por un instinto profundo, los amigos se acercaron decididos a detener
la destrucción. Joel tocó el suelo, y raíces gruesas emergieron, atrapando las
ruedas de la excavadora. Nuria levantó las manos, y un torrente de agua
inundó los motores, deteniéndolos al instante. David, con un gesto, invocó un
viento poderoso que dispersó a los trabajadores, mientras Aina usaba el fuego
para dibujar en el suelo un mensaje ardiente: "PROTEGE EL BOSQUE".
El líder de los trabajadores, un hombre corpulento con barba gris, quedó
paralizado por la escena. Su rostro mostraba una mezcla de sorpresa, temor y
arrepentimiento. Los demás trabajadores huyeron rápidamente, murmurando
entre ellos.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó el hombre, con la voz temblorosa.
Aina dio un paso al frente, con las llamas aún brillando en sus manos.
—Somos los guardianes de este bosque, y no dejaremos que lo destruyas —
declaró Aina con determinación.
El hombre, impresionado, asintió y prometió no regresar. Al marcharse, el
bosque pareció recuperar su aliento. Los pájaros retomaron su canto, y los
árboles, aunque marcados por la destrucción, mostraron señales de
renovación, como si el espíritu del bosque comenzara a sanar.
Esa noche, de vuelta en la cueva, el cristal emitía un resplandor tenue,
aprobando su acción. Bajo un cielo estrellado, los amigos compartieron su
nueva responsabilidad.
—Esto no es solo un juego —dijo Aina.
—Es una misión —añadió Nuria, con el agua aún danzando a su alrededor.
—El bosque nos eligió, y debemos protegerlo —afirmó Joel.
David, mirando el horizonte, sonrió.
—Esto es solo el principio.

 

PIENSA Y CONTESTA 


1. ¿Qué encontraron los amigos dentro de la cueva?

2. ¿Qué habilidad desarrolló Joel?
3. ¿Por qué crees que el bosque eligió a los amigos como guardianes?

4. ¿Qué mensaje querían transmitir los amigos al hombre del casco amarillo
con el fuego?

5. ¿Crees que los amigos tomaron la decisión correcta al detener la
excavadora? ¿Por qué?
6. ¿Qué hubieras hecho tú si estuvieras en su lugar?

7. Escribe un final alternativo en el que los amigos necesitan dialogar con el
jefe de la excavación para resolver el problema.

8. Busca información sobre los beneficios de los bosques y escribe tres
formas en que ayudan al planeta.

9. Compara los poderes de los cuatro amigos. ¿Cuál crees que es el más
importante y por qué?

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EL GATO KATO


 

EL GATO KATO
 
El gato KatoTodas las mañanas el gato Kato se levantaba temprano para cazar ratones. Pero el gato Kato nunca cogía ninguno, porque le daba mucha pena hacerles daño.
Al principio, los ratones huían del gato Kato. Pero cuando los ratones descubrieron que el gato no se los comía dejaron de huir, y empezaron a burlarse del pobre gato. El gato Kato no entendía las burlas, y se lo tomó como un juego. Juntos se divertían mucho, o al menos eso era lo que creía el gatito.
Corrió la voz de que en aquella casa había un gato que no se comía a los ratones, así que todos los roedores de los alrededores se fueron a vivir a la casa del gato Kato.
Pero a los dueños de la casa no les hizo mucha gracia que la casa se llenara de ratones, y amenazaron al gato Kato con echarlo de casa si no se deshacía de ellos. - A partir de ahora no te daremos de comer -le dijo el dueño de la casa al gato Kato -. Si tienes hambre, caza ratones. Y si no te los comes buscaré otro gato y tú te irás de aquí.
Pero el gato Kato no quería irse, ni tampoco comerse a los ratones. Les había cogido cariño. Pero los días pasaban, y el gato Kato tenía mucha hambre. No tenía fuerzas ni para jugar con sus amigos ratones.
Ningún ratón se preocupó de lo que le pasaba al gato Kato. Sólo se reían y se burlaban de él mientras se comían el queso que le habían robado al dueño de la casa.
- Si seguís así me echarán y traerán a otro gato hambriento que os comerá - dijo el gato Kato a los ratones -. ¿Por qué no me dais algo de comer? Paso hambre por vuestra culpa. - ¿Tienes hambre? -le preguntaban-.¡Pues caza ratones, que para eso eres un gato!
Estas y otras burlas eran las que tenía que aguantar el pobre gato Kato. Sólo unos cuantos ratones le llevaban a escondidas un poco de comida al gato Kato cuando nadie los veía.
Finalmente, el dueño de la casa echó al gato Kato y lo sustituyó por un gato enorme. Éste sí que era un gato fiero. En cuanto llegó se lanzó a por los roedores. Tuvo suerte el nuevo gato. Los ratones estaban tan gordos y tan acostumbrados a que el gato Kato no les hiciera nada, que fue muy fácil cazarlos.
El gato Kato  Pero los ratones que habían ayudado al gato Kato, como habían compartido su comida con él, no estaban tan gordos y lograron huir. Cuando estaban fuera de la casa fueron en busca del gato Kato, que se había refugiado en la cabaña de una viejecita que vivía sola muy cerca de allí y que lo había acogido con mucho cariño. - ¿Qué hacéis aquí? -les dijo el gato Kato a los ratoncitos -. ¿Os ha pasado algo? - Tenías razón, gato Kato -dijo uno de los ratones -. Ha llegado otro gato y se ha comido a todos los demás. - Nosotros hemos conseguido huir -dijo otro ratoncito-, pero ahora no tenemos dónde ir. - Vosotros fuisteis buenos conmigo, así que os lo voy a agradecer -dijo el gato Kato-. Si me prometéis no molestar a la pobre anciana que me ha acogido, podéis quedaros conmigo. Eso incluye no estropear nada y no robarle la comida. - Y entonces, ¿qué comeremos? -le preguntaron. - Yo compartiré mi comida con vosotros, como bueno amigos -respondió el gato Kato.
Los ratones prometieron portarse bien y se quedaron a vivir con el gato Kato en casa de la anciana.
Y así fue como el gato Kato y los ratones vivieron felices compartiendo lo que tenían y respetándose los unos a los otros.
 

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UN RESUMEN

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jueves, 24 de julio de 2025

LA BURBUJA MENSAJERA

LA BURBUJA MENSAJERA

En el año 3000, la Tierra era muy diferente. 
Los humanos habían

construido ciudades submarinas para protegerse de los cambios
climáticos. Una de las más hermosas se llamaba Aqualuna, un lugar
lleno de luces brillantes, jardines de algas y torres de cristal que parecían
tocar la superficie del océano.
En Aqualuna vivía Leo, un niño curioso de 10 años que amaba explorar
los rincones más escondidos de su ciudad. 

Un día, mientras paseaba por
el Gran Parque de Corales, algo extraño llamó su atención: una burbuja
de agua flotaba hacia él. Lo raro no era la burbuja, sino lo que había
dentro: un papel enrollado.
Con cuidado, Leo atrapó la burbuja y sacó el papel. Al desplegarlo, leyó
con asombro: “Ayuda. Estoy atrapado en la Cueva del Eco. Ven rápido.”
No había más pistas, solo el dibujo de una estrella de mar al pie del
mensaje.
Leo sabía que la Cueva del Eco era un lugar peligroso, lleno de túneles
oscuros y criaturas misteriosas. Decidió contarle a su amiga Marina,
quien era experta en mapas submarinos. Juntos, planearon cómo llegar
sin perderse.
“¿Y si es una broma?” preguntó Marina mientras ajustaba su mochila
con herramientas.
“Solo hay una forma de saberlo” respondió Leo con valentía.
Al llegar a la entrada de la cueva, el agua era más oscura y fría. Los dos
amigos encendieron sus linternas y comenzaron a nadar por los
pasadizos.
Todo estaba en silencio, excepto por el sonido de sus burbujas al
respirar. De repente, vieron una sombra moviéndose entre las rocas. Se
detuvieron, pero no había nada.
“Creo que esto es una mala idea” murmuró Marina.

 “¡Mira! Ahí está la estrella de mar del dibujo” dijo Leo emocionado,
señalando una roca con la forma exacta de la estrella.
Siguieron el camino marcado por más estrellas de mar hasta llegar a
una sala amplia con paredes llenas de reflejos azules. En el centro,
encontraron algo inesperado: un pequeño robot submarino atrapado
entre unas redes.
“¡Es un dron de exploración!” exclamó Marina.
El robot emitió luces parpadeantes, como si les agradeciera. Juntos,
liberaron al robot y lo siguieron hacia la salida. Para su sorpresa, el dron
los llevó a una cúpula secreta llena de libros antiguos y artefactos
olvidados del pasado.
“Creo que acabamos de descubrir el Museo del Océano” dijo Leo con
asombro. Sabían que este hallazgo sería importante para Aqualuna, y lo
mejor de todo, lo habían encontrado juntos.


PIENSA Y CONTESTA
1. ¿Cómo se llama la ciudad submarina donde vive Leo?

2. ¿Qué encontró Leo dentro de la burbuja de agua?
3. ¿Quién ayudó a Leo a planear su aventura?

4. ¿Qué encontraron en el centro de la Cueva del Eco?
5. ¿Qué descubrieron al final de la historia?
6. ¿Qué habrías hecho tú si encontraras un mensaje misterioso como
Leo?

 7.  ¿Por qué crees que Leo y Marina trabajaron juntos en lugar de ir
solos?

8. ¿Por qué el robot estaba atrapado en las redes?

9. ¿Cómo piensas que el descubrimiento del Museo del Océano puede
ayudar a los habitantes de Aqualuna?
10. Dibuja un cartel para anunciar el Museo del Océano.

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